A pesar de las heridas.
Nunca nadie y, sin embargo, siempre
todos.
Algunas son tan profundas que su altura
causa vértigo al abismo.
Otras, más superficiales, jamás dejan de
escocer pero el olvido las amansa hasta que un día, de repente, cicatrizan en
silencios.
Las hay de todos los colores, con o sin
purpurina.
Hasta las estrellas y bajando al mismisimo
infierno.
Heridas.
Quizás algún día formen parte de la
piel, de nuestra identidad pero aun así, no somos capaces de dejarlas de lado.
Hacemos y deshacemos dependiendo de las suturas.
El amor y las heridas la más potente de
las bombas nucleares.
Los sueños y las heridas, el miedo
haciendo de la vida pasajes de cobardía.
Hay cuerpos con tantos cosidos que ya no
encuentran piel en dónde arder ni brazos a los que aferrarse.
Y no es triste,
y no es cruel.
Es la vida misma haciéndonos fuertes.
Es la vida misma luchando para que
seamos más fuertes.
A pesar de las heridas,
nosotros seremos más fuertes
(que ellas).
Margalida Garí Font
Hervida: Dicho de las heridas realizadas por la vida.