sábado, 24 de enero de 2015

Quedarás

Te escribo sin sentido, sin razón, sin pluma y con miedo.
Te escribo con los ojos cansados y la mente dispersa.
Te escribo para que no me leas pero lo sepas.
Te escribo a escondidas y a ciegas.
Te escribo agachada y sola.
Te escribo en pequeño.
Te escribo del revés.
Te escribo sueños.
Te escribo a ti.
Para ti.
En ti.
En ti.
Para ti.
Empiezo lenta.
Empiezo sin palabras.
Empiezo sin discusiones, amable.
Empiezo a deshacerme de lo de a dentro.
Empiezo a desprenderme del corazón y, de nuevo,
Empiezo a usarlo de tintero y por tinta destiño a la sin razón.
Empiezo a hacerte saber que a ti también te quiero, ayer menos.
Empiezo a robarte el beso, el que no me has dado, y crees que no quiero.
Empiezo a marcharme, siempre lo hago, y a sentir que muero porque tú, vas a quedarte.
Entonces, te escribo porque empiezo a leer que tú, cuando yo me vaya, te quedarás.
Te quedarás,
Te
Quedarás…lejos,

cerca, 
fuera, 
aquí




M. Garí

domingo, 18 de enero de 2015

Las dos caras de la Luna

Hacer callar al tiempo sería el más hermoso de los legados, y que el tiempo se callara para ser eterno seria el sueño de muchos y la codicia de otros. Sin embargo, nuestro tiempo parece seguir marcando puntualmente cada hora y minuto sin descanso, sin alivio, sin sueño y sin retorno.
No soy nadie, me repito cada día, soy efímera, minúscula, nada, para el mundo, hasta para el tiempo dejo de tener sentido y decimas de segundo. No obstante, mi mente anhela no pasar desapercibida, que no es lo mismo que ser popular, sino dejar una pequeña huella, una migaja en la tierra, una partícula invisible para el universo, un no sé qué, un qué se yo que modifique, sin percatarnos, las redes que hilan en el cosmos. En definitiva, dejar palabras, letras, sentido, pensamiento, caos.
Somos codiciosos, nos gusta aspirar a ser dioses, ricos y hedonistas cuando, en realidad, somos esa nada pesada que se reproduce, destruye cualquier ser o cosa que se le anteponga y muere así como nació, solo. Aunque, no todo es nada ni todo es codicia, también existe la otra cara de la luna, la cara blanca aunque muchos se empeñen en llamarle la cara oculta o negra. Es para esa parte de la existencia para la que yo tiño papeles de tinta y para los que jamás dejaré de pintarles palabras y sentido. Todos los demás, absteneros de seguir leyendo porque no hay cabida en mi paraíso literario para vosotros, los nada en los cuales yo misma ya siento estar contaminada.
La cara blanca de la luna, lugar de poesía, de música en directo, de clásica, de rock, de blues, reggae, pop y, por supuesto, jazz. Lugar de pobres y de muy pocos ricos, de soñadores (but I’m not the only one, dijó John Lennon), lugar de creadores, de intelectuales, de matemáticos y damas de casa, de campesinos y astrofísicos, de creyentes y de ateos, de anti sistemas y de unos pocos políticos, lugar de todos los niños aunque estén obligados a llevar un rifle o a embucharse caramelos en Navidad, lugar de personas mayores que llevan la experiencia por bandera y el espejo de juventud en los ojos, lugar de todos los animales del planeta sin que sean parte del alimento sino del círculo de la vida, lugar de mujeres con todos los derechos pagados en los cuales no se excluyen ni a las prostitutas ni a las abogadas, lugar de hombres sea cual sea el color de su piel, todo el mundo en el mismo peldaño. Lugar de gente delgada y gente que no cumple el canon estético del siglo XXI (¿qué canon es ese? ¡Fuera de la luna!). Lugar de discapacitados, para ellos el premio Nobel Lunar. Lugar de atletas y sedentarios, de sin techo y de medio ministro. Lugar en dónde el dinero no cabe, en dónde todo se comparte, aunque se tengan cosas particulares que no nos duela compartir un trozo de pan, una cama, o una conversación. Lugar de reinas y reyes pero de los de cada día, de los que rozan el corazón, lugar de todos y no de nadies.
No cumplo los requisitos académicos ni de coeficiente para que mis frases sean leídas en todas partes, tampoco lo considero prioridad. Me conformo con unos pocos, con un granito de arena, un rayo de esperanza que pasa, estalla y se apaga pero que ha sido visualizado por unos contados ojos. Que no pasa de largo, que va caminando despacio y abarcando todo lo que puede.
Y, lunas, ahora esto va dirigido a ambas caras, si alguna vez mi luz se apaga, se apagará sin duda, pero si se apaga sin haberme dado la elección del despido, quiero que esto quede escrito en sangre si es necesario:  
“Escribir no es tarea ardua, todos podemos hacerlo, transmitir es algo más complicado. Quizás yo no lo esté logrando, quizás no podáis, jamás, oírme, pero quiero que quede claro, hasta trasparente. No soy nadie, me repito, sin embargo, sin aspirar a ser un dios, aspiro a ser humana y a creer en la humanidad, a no rendirme, a luchar con vosotras, lunas, ambas podéis hacer del negro blanco y del blanco relucir. Mi corazón habita en una isla mayor de tres pequeñas islas pero mi persona solo es feliz cuando transita por el resto del planeta, mi misión no es clara, dudo hasta que sea misión, pero lunas, mis queridas lunas, hay que fusionarse para hablar y hay que hablar para ser escuchadas, ser escuchadas para hacer sentir, sentir para movernos el alma y moverla para, al fin, hacer callar al tiempo. Aunque este siga estando, ¡qué calle para siempre! Qué nos deje estar, ser, vivir y, sin duda,  morir, en paz.”

Ésta es, lunas, la tarea de mi escribir.

Fotografia de Jaume Gayà:  https://www.facebook.com/jaumegaia.photography

M. 

miércoles, 7 de enero de 2015

Accepta-ho, amor.

Desprès del Nadal, la tassa de xocolata, els amics, els dinars, la família, els regals, la esquizofrènia materialista del planeta i de tocar de peus a terra com a punt i a part, toca escriure en català. Perquè sempre que una vol parlar clar ho ha de fer amb la seva llengua materna, i avui m’ha pegat la bogeria de ser precisa i exacte, termes pocs usuals a la meva literatura i, tan necessaris, de tant en tant.
El principi és de sentiments, com no podia ser d’altre manera, i després qui sap el que vindrà, potser paraules, o tal vegada el silenci i la prosa, qui sap si apareixerà l’entumiment de Venus, o la serenitat de Dante o el no res, o el tot, o callar.
 Parlar-vos de l’amor és un tòpic, res nou, massa cançons sobre el tema, massa poemes i històries, massa records i idealitzacions, massa espines i rosses, en definitiva, massa amor. Però de l’amor que jo vull parlar no se’n parla tant, perquè no és un amor tan bonic i utòpic, ni travessa fronteres i religions o canvia modes de vida...de l’amor que us vull parlar no en fan gaires cançons ni poemes. És de l’amor real del que tracte el meu escrit.
Amor i real no s’avenen del tot, una cosa és l’amor, sinònim de anar caminant pels núvols i dibuixar un somriure que ens dona un aire ridícul però enganxós a la cara i l’altre és la realitat, allò real, el dia a dia, fotre de morros a terra, per exemple. Però resulta que el concepte que tenim des de ben petits sobre l’amor no hi engloba el terme de real i, curiosament, a mesura que anem avançant dins el propi concepte ens anem adonant de que l’amor és molt real, infinitament real, fastigosament real. I que els contes de fades són bonics i hi tenen amor, però no del real.
Vol dir això que l’amor és fotre de morros a terra?No, clar que no, què també pot ser-ho però no és exactament el què és. Definirem primer amor (real), que seria aquella estimació que es sent cap a un individu (home o dona o tot inclòs) que passa per l’etapa de idealització, avança per l’etapa d’acceptació de “defectes” o presa de realitat i continua amb la construcció d’una casa moblada, buida o la destrucció de la llar. L’amor requereix acceptació, respecte, debat, intimitat i llibertat, situacions novadores i, sobretot, molta creativitat per pal·liar les zones obscures de la relació.
Vol dir això que sí es segueixen minuciosament aquestes instruccions és impossible arribar a la destrucció de la llar o desamor? No, s’hi pot arribar igualment perquè hi ha flames que no s’acaben d’encendre mai, o que no són suficientment fortes o que el vent aconsegueix apagar o que tenen una flama molt més intensa al darrera que tapa la recent.
I, vol dir això què s’ha de seguir apostant per l’amor? Sempre, cada dia, amb força, amb caparrudesa, amb orgull. Hagi passat per sobre una piconadora o la famosa aurora boreal, amb constància, en tot moment, fent-nos pesats, inclòs molt pesats, amb un individu, amb tots els que facin falta, sense descans, amb sang, amb llàgrimes, amb esperança...sobretot amb esperança.
I doncs...per què? Perquè l’amor ens manté vius, actius, amb el cor entretingut, amb motivació i, repeteixo, amb, esperança, sobretot amb esperança. Esperança de que ho aconseguirem encara que haguem de viatjar al Perú, a la Xina o al Senegal. Esperança de que algun dia l’amor ens retornarà i ho veurem tot una mica més clar i, finalment, esperança de que l’amor ens segresti,ens abrasi ben fort i ens digui clarament mirant-nos als ulls:

Aquest cop no et deixaré marxar sense mi. Accepta-ho, amor. 






M.G.F