viernes, 9 de agosto de 2019

Perdonadnos.


Queridas y apreciadas personas de a bordo, personas que aún no estáis a bordo pero sí mañana, personas que lucháis para estarlo, personas que huís para estar a bordo, personas que estuvisteis a bordo pero ahora estáis de vuelta al lugar de dónde os fuisteis y queridas personas que también estuvisteis a bordo y ahora estáis en el fondo del mar.  

Perdonadnos.

Porque éste es el lugar soñado que os vendieron.

Porque éstas son las buenas personas haciendo buenos actos.

Las mismas que os dijeron que os abrirían las puertas de sus casas, abrigarían vuestros miedos y os devolverían un trocito de la dignidad que aun os queda.

Perdonadnos.

Porque nuestras malas personas no van de frente empuñando un cuchillo o un revólver. Las nuestras visten de traje, corbata, tacones y pendientes de oro. Y nunca las ves venir porque ellas siempre están.

Perdonadnos.

Porque hablamos de la libertad como si fuera la descripción de toda una Europa solidaria y unida, pero nunca nadie supo a quién nos referíamos con ese nombre. Ni dónde está. Ni a dónde se ha ido.

Porque se tiene que haber ido, si es que alguna vez estuvo.

O se ha ido o es que a ella también la hemos matado.

Perdonadnos.

Porque las personas que nos gobiernan son las mismas que deciden quién es apto para vivir en nuestra “Unión” Europea y quién no.

Quién es apto para vivir y quién no.

Personas votadas democráticamente por nosotros/as.

Perdonadnos.

Porque ya no nos acordamos que un día nosotros/as también nos fuimos.

También nos llamábamos inmigrantes, migrantes y emigrantes. A veces lo fuimos todo a la vez.

Perdonadnos porque la memoria histórica es aquello que o no queremos ver o no queremos entender.

Perdonadnos.

Porque ya quedamos muy pocos/as y nosotros/as tampoco os queremos salvar (eso lo habéis hecho muy bien solos/as).

Nosotros/as solo queremos que se os devuelva toda la dignidad.

Que construyamos juntos/as lo que tantos otros derribaron por separado.

Pieza a pieza. Piel con piel. Sin colores. Sin fronteras. Sin aguas que calmar.

Perdonadnos.

Porque quedaremos pocos/as pero se nos va a escuchar en todos los rincones, despachos y bolsillos de eso que aun llamamos planeta y de esa que aun llamamos humanidad.  

Y no nos vamos a callar.

Y no os vamos a callar.

Pero perdonadnos.

Perdonadnos porque no tenemos perdón.  

Margalida Garí Font

Fotografía: Proactiva Open Arms.