domingo, 16 de julio de 2017

Infinitos y sin más allá.



Ella quería que la besara pero con infinitos y sin más allá.
Así como se besan a todos los para siempres.

A veces nos pasa que vemos un arma cargada y creemos que,
a día de hoy,
no habrá bala capaz de alcanzarnos.
Y de repente y sin saber cómo,
 el corazón ya se desangra.

Ese es el principio de todas las cicatrices:
Un disparo en contra de la poesía.

Miradas.
Todas guardando océanos absentas de tierras.
Silencios.
(de esos que hablan).
Distancias.
Las que ahora mi piel anhela guardar de la tuya.
Roturas.
Todos y cada uno de mis lunares con tu nombre.
Sonrisas.
Esas preciosas curvas que trata de ocultar el disparo.

Quizás porque pensábamos que éramos los únicos invencibles y eso nos venció.  
Quizás porque no supimos querernos en microdosis y nos quisimos demasiado.
Quizás.
O, quizás no.

Sin embargo ese día ambos corazones se hirieron.
Y ésa, es una cicatriz que ya llevarán de por vida.    


 Graffiti: Bansky
M.
 Dicen las estrellas que los fugaces somos nosotros.

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