domingo, 25 de junio de 2017

El miedo de los elefantes.


Ayer soldé todas las fisuras que empezaban con tu nombre

sabiendo que en la comisura de tus labios reposaba la llave que las abría.

Con la esperanza, quizás necia, de que quererte sí cambiaba las cosas,

entendí que por mucho que me ondulase dentro de tus brazos,

 tus abrazos no eran para mí.



 Y esa convicción mundana siempre sugirió una alteración del todo.

Sin embargo,

hacer un uso tan responsable de la palabra amar no me pareció hecho a mi medida

porque resultaba que en mis despertares idílicos,

responsable y amar eran conceptos  del todo opuestos.



Pero aun así,

 había un tema central que mi mente no alcanzaba a entender.

Sí eso era amor en cualquiera que fuera su formato,

¿qué extraño motivo impidió que, las fisuras del alma, en vez de soldarse, curaran?



Resultaba que el amor era como los elefantes: precioso, fuerte y grande.

E igual que la magnitud del elefante perdía toda su gloria frente al diminuto ratón,

el amor se convertía en cobardía frente al miedo de ser desamor y,

en desamor,

quedarse.



Garí Font,
Margalida.

martes, 13 de junio de 2017

Mamá



Mamá
Mis primeras lágrimas porque vivir era cierto ya fueron acariciadas por ti.
Mi primer abrir de ojos encontró la belleza de tu risa jugueteando con la mía.
Mis primeros pasos siempre sujetos a la responsabilidad de tus brazos.
Mis días de hospital aun siendo bebé, acariciados por todo el amor de una madre y la renuncia de todo su mundo para poder cuidar del mío (el nuestro).
Papá, tu otra risa. Quizás la más preciosa de tus risas.
Mi hermana, Bárbara, el entretenimiento universal de nuestra casa y mi hogar preferido en todos los libros. Mi otro yo que aun siendo antónimas nuestro puzle siempre encaja.
Mamá, tú y tus sueños empequeñecidos por querernos a pesar de todas las riñas.
A pesar de la vida.
El amor cruzando todas las fronteras, las horas de sueño, el cansancio inagotable y la mano que siempre me salva cuando de coser corazones se trata.  
Mamá.
¿Existe acaso palabra más hermosa pronunciada por mis labios?
Hoy, dejaste caer el cuerpo en el sofá como si así se pudiera descansar del peso de ser madre.
Nosotras, mi hermana y yo, te quedamos mirando como si así pudiéramos devolverte un trocito de tus sueños, como si así pudiéramos guardártelos y cuidarte la mitad de bien que tú nos cuidas.
Pero mamá, resulta que hagamos lo que hagamos, tu amor nos sobrepasa, nos niega la tarjeta de devoluciones.
Y es que hoy entendí, al fin, que todos los problemas del mundo se disuelven en una sola palabra y para mí, para mi hermana y para papá esa palabra eres tú. Mamá.
Una palabra para todos los sentidos,
el sentido de todas las palabras.
Esa es, la única manera que tenemos para agradecerte todo, incluido la vida.
Insuficiente sí pero es que con solo ver el brillo de tus ojos al escuchar llamarte por tu nombre no hay cielo que no perdone todos nuestros pecados.
Porque mamá, tú eres el hogar dónde siempre podemos volver.
Y volvemos mamá, siempre volvemos, aunque ya no estemos. 

                               Foto: Carnaval Petra 1994: Mamá, Babie, Marga, Rafel.

MGF

domingo, 4 de junio de 2017

Les papallones.





Tenir-te enfora,
aprop.
No tenir-te.

Subtil,
volàtil,
addictiu
inesperat,
salvatge.

No tenir-te.

Tancar el cor amb clau i que entris per les sutures,
esfullar-nos la pell però a distància,
embogir a un centímetre dels teus llavis i
cosir-los a besades amb els meus.

No tenir-te.

Fer callar la raó amb un ball de papallones i
que l’olor a roses no trobi un hivern on amagar-se.
Entendre que és entre la tinta on s’acaba el temps.
Encendre un foc i trobar-hi el vent.

No tenir-te.

Submergir-nos dins l’huracà i sobreviure,
començar a esbocinar les llàgrimes perquè la flama no s’apagui quan vegi que som l’amor però sense el passatge.

Les papallones.

Però, no tenir-te.


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MGF