Perder el (al) tiempo.
Que él no sepa a dónde me voy, que no me
encuentre, que se aleje.
Olvidar el reloj todas las mañanas, dejar de
escuchar su alarma imponiéndose a mi fin de sueño.
Perder EL tiempo.
Quedarme ratos sentada en la cima de una
montaña.
Quedarme vidas.
Quedarme besos.
Perder AL tiempo.
Y no buscarle.
Dejar que duerma en la intemperie toda la
noche, toda su vida.
Encontrar dentro de sus maletas de vueltas
mis libros de huidas.
Denunciarle por violencia de letras.
Encerrarle en la cárcel de “Siglos perdidos”.
Devolverle su soga.
Olvidado por cobarde.
Desterrado por quererme.
Margalida Garí Font
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